La Iglesia de San Francisco, sede canónica de la Hermandad Lasaliana del Silencio fue inaugurada el 26 de agosto de 1.752. Se construyó durante un periodo de 25 años y fue el cuarto de los templos que tuvieron en Sanlúcar de Barrameda la Orden Franciscana Menor desde su asentamiento en 1.443 hasta su supresión en 1.835 Establecidos en el lugar ocupado hoy por la barriada de San Diego, deciden en el año 1.700 trasladarse a unas casas adquiridas en la calle del Ángel, para estar más cerca del centro de la población, ya que vivían de limosnas.
El historiador local D. Juan Pedro Velázquez Gaztelu, nos narra con detalle no solo el proceso constructivo del templo, sino también todos los actos que se llevaron a cabo con motivo de la inauguración. Poco a poco compran todas las fincas sobre cuyo solar se construirá el complejo conventual. Fue maestro mayor de la obra D. Juan Rodríguez Portillo, sucediéndole tras su fallecimiento sus hijos Lázaro y Antonio; participó también el maestro albañil Fray Pedro Biceta. Se financió la obra, en gran parte, con los beneficios obtenidos de las importantes oras de ingeniería hidráulica que realizó en América este hermano franciscano de la Comunidad sanluqueña durante tres estancias en ultramar.
Al tiempo de su inauguración, el templo tenía todos sus altares terminados, lo cual sucedía en raras ocasiones, y casi todos se encuentran en la actualidad como entonces. De la autoría de los retablos y esculturas realizadas para el nuevo templo, no nos dice nada el historiador, aunque fue contemporáneo a su realización.
Actualmente, y considerando la similitud con otras obras dispersas por localidades cercanas y que se encuentran documentadas, como es el caso de la sillería del coro de la Parroquia de Ntra. Sra. de la O de Rota, es posible atribuirla a Diego Roldán y a Andrés Martínez, pudiendo haber participado maestros ensambladores activos por aquellos años en Sanlúcar como José Fernández Recio y Juan Soriano.
Tras la marcha de los franciscanos, el edificio se dedicó a casa de vecinos hasta que fue adquirido por la Fundación Francisco de Paula Rodríguez, dedicada a la formación y educación cristiana de los hijos de Sanlúcar. Esta función benéfico-docente se ha mantenido desde entonces a través de sus sucesivos destinos: Colegio de Padres Escolapios (1.868-1.938), Seminario Menor del Arzobispado de Sevilla (1.942-1.962) y Colegio de Hermanos de las Escuelas Cristianas, "La Salle" (desde 1.965).
Describir por memorizadamente el conjunto iconográfico y artístico, tanto exterior como interior, del templo, desbordaría el objetivo de esta semblanza, sin embargo conviene dar algunas pinceladas:
Fue el último gran templo construido en Sanlúcar, su volumen aparece sobre el caserío de la ciudad, destacando su torre y su hermosa cúpula, ambas cubiertas de filigranas de azulejos blanquiazules. Pero es especialmente al caer la tarde cuando emerge su silueta dorada iluminada en la oscuridad.
Interiormente, el barroquismo de sus retablos envuelve una arquitectura grandiosa pero depurada. Lastima que de sus muros ya no cuelguen todos los lienzos que la decoraban. En el programa iconográfico que presenta destacan tres temas fundamentales: La Virgen María, la Pasión de Cristo y la Santidad franciscana.
Respecto a la Virgen, encontramos diversas imágenes y capillas a ella dedicada o con ella relacionada: la Inmaculada Concepción, bellísima imagen contemporánea a la inauguración del templo preside el retablo mayor; el conjunto de San Joaquín y Santa Ana con la Virgen Niña preside el retablo del Sagrario, situada en el crucero, en cuyo ático se representa la escena de la Anunciación. Igualmente, aparecen la Virgen con sus padres en el retablo de la capilla que preside su esposo San José, dicho retablo contiene en su ático, una imagen de María Inmaculada de la Medalla Milagrosa, donación a la Hermandad del Silencio del Hermano de la Salle Luis Aguilar, promotor del culto a nuestros sagrados titulares cuando se encontraban casi olvidados al final de los años 60. Destacan también las puertas del atrio decoradas al estilo rocalla con alegorías de María.
La Virgen María también aparece, ligada ya a la  Pasión de su Hijo, en dos imágenes: Soledad de María Santísima y María Santísima del Amor. La primera es cotitular de la Hermandad del Santo  Entierro y Llagas y Sangre de Cristo (S. XV) junto con la imagen de Cristo Yaciente, ambas procedentes del antiguo Convento, y la Cruz de las Cinco Llagas. María Santísima del Amor, puesta al culto en 1.752 es cotitular de la Hermandad Lasaliana del Silencio junto a Nuestro Padre Jesús del Silencio y al Stmo. Cristo de la Redención, ambas procedentes también del antiguo convento.
La dolorosa del Amor fue patrocinado por Fray Francisco de Reina, sacristán mayor del Convento y está atribuida a Diego Roldán.
Hay otras imágenes pasionistas como la pintura de "Cristo y el alma Cristiana", "Cristo atado a la columna" y "Crucificado junto a donantes".
Respecto a la iconografía de la Santidad franciscana, destacan tres imágenes de San Francisco, un altorrelieve con las imágenes de San Francisco, San Antonio de Padua, San Pascual Bailón, San Buenaventura y dos imágenes de San Diego de Alcalá, santo franciscano que se hospedó en el convento sanluqueño a mediados del siglo XV.
Otras pinturas existentes en la iglesia son: un lienzo con la representación de las Ánimas del Purgatorio y otro con San Martín de Tours, ambas pertenecieron a la Venerable Orden Tercera Franciscana.
Últimamente se ha depositado un crucificado llamado Cristo del Mar, imagen moderna inspirada en el famoso Cristo de Velázquez, y desde el año 2.003 esta iglesia en sede canónica de la Asociación Parroquial de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y Santa María Magdalena, cuyas imágenes también reciben culto.
La Hermandad Lasaliana del Silencio ha dignificado el culto de las imágenes de San Juan Bautista de la Salle, a lo que acompaña en su capilla diversos cuadros de su vida y de la Santidad Lasaliana.
También ha puesto al culto un retablo y una reliquia del Beato Faustino Míguez, sacerdote que residió en este centro; un retablo cerámico y una reliquia de la túnica de Santa Ángela de la Cruz, cuyas hermanas son camareras honorarias del Señor del Silencio, una imagen del devoto San Judas Tadeo, que tiene capilla domiciliaria y las reliquias de diversos Santos y Beatos ligados a la Hermandad tales como San Juan Bautista de la Salle, Beatos Amalio y Valerio, Bernardo, hermanos mártires de la Salle que residieran en Sanlúcar, y Beato Diego José de Cádiz, capuchino, reliquia donada por la Hermandad de la Divina Pastora de Capuchinos de Sevilla.
Tiene expuesta la Hermandad la pintura conmemorativa del 250º aniversario de la Iglesia de San Francisco y de la puesta al culto de María Stma. del Amor (1.752-2.002), además de una reproducción fotográfica de la Sábana Santa de Turín.